lunes, 1 de agosto de 2011

Las reglas del juego monetario de los bancos

A pesar de que los acontecimientos monetarios pueden parecer misteriosos y caóticos, se rigen por unas reglas muy bien establecidas que los banqueros y los políticos siguen rígidamente. La raíz de todo es que todo el dinero en el sistema bancario se crea de la nada a través de un proceso de concesión de préstamos. Por ejemplo, en los 90 del siglo pasado se permitió que los grandes bancos de EEUU concedieran 12 dólares en prétamos por cada dólar que tuvieran depositado.

Un préstamo impagado, por lo tanto, cuesta poco al banco en valor tangible, pero aparece en el libro contable como una reducción de activos sin la correspondiente reducción de los pasivos. Si los préstamnos dudosos superan en gran número a los activos, el banco se convierte técnicamente en insolvente y debe cerrar sus puertas. Así pues, la primera regla de la supervivencia para el banco es evitar la cancelación de los préstamos mayores, para así seguir recibiendo sus intereses. Para conseguir esto, se aumenta el tamaño de dichos préstamos. Esto permite al prestatario recibir más dinero para seguir pagando los intereses y nuevos fondos para gastar más. El problema básico no se resuelve, pero es postpuesto por un tiempo, y se agrava.

La solución final por cuenta del cartel bancario es que los gobiernos garanticen el pago de los préstamos en el caso de que éstos no sean devueltos. Eso se consigue convenciendo a los parlamentos y a la sociedad en su conjunto de que si no se hiciera así, el resultado sería un gran daño para la economía y graves difilcutades para la población en paro, pobreza, etc. A partir de ese momento, la carga del préstamo se quita de la contabilidad del banco y es transferida a los contribuyentes. Si ese esfuerzo falla y el banco llega finalmente a la insolvencia, el último recurso es el uso de los fondos de garantía de depósitos para pagar a los depositarios. Este fondo de garantía de depósitos no es un seguro realmente, puesto que su mera existencia genera que los bancos no se preocupen de hacer las cosas bien: siempre estará este colchón para protegerles. Una parte de este fondo es cubierto por los mismos bancos, pero en última instancia, son pagados por los mismos depositarios. Y cuando este fondo se agota, el equilibro es proporcionado por los bancos centrales en forma de dinero recién creado, también de la nada. Luego, esta ingente fabricación de dinero alcanza a la economía real con la subida de los precios, y que en realidad es la reducción del valor del dinero que tiene cada cualen su bolsillo. El coste final del rescate, por lo tanto, se pasa al público en forma de un impuesto oculto llamado “inflación”.

Y así, la rueda sigue girando, en beneficio de los banqueros, claro está.

(Publicado originalmente el 28 de diciembre de 2010)

No hay comentarios:

Publicar un comentario